BOLETUS EDULIS

El Boletus Edulis, (Edulis en latín comestible), es conocido como el Rey del Bosque. También como Cep en Cataluña o Miguel en Castilla y León.

En el resto de España, se denomina hongo blanco, hongo pambazo, seta calabaza o calabaza. El género boletus, comprende unas 300 especies, la mayoría de ellas, comestibles. Su característico olor, su carne blanca y la variedad de platos a los que se puede añadir, lo convierten en uno de los hongos más codiciados de nuestros bosques.

PARA CONOCER Y DIFERENCIAR

Si queremos identificarlo correctamente es preciso conocer sus principales características.

El color del sombrero oscila entre canela, pardo o marrón claro, puede llegar a los 25-30 centímetros. Es más oscuro en el centro y difumina su color al borde con una línea blanca alrededor.

Su carne es tierna, inmutable y blanca. Tersa y dura en ejemplares jóvenes, con la edad adopta consistencia esponjosa. Desprende un inconfundible olor a avellana.

Los tubos del edulis son largos y libres, con una medida de entre 12 y 22 milímetros, se desprenden fácilmente de la carne y suelen ser blancos.

El pie cuenta con un diámetro de entre 2 y 8 centímetros y altura de entre 5 y 20-22 centímetros. Robusto y consistente, engrosado en el centro.

HÁBITAT Y TEMPORADA

Este tipo de hongo es una de las setas que mejor se adapta a diferentes tipos de suelos. Prefiere las altitudes de entre 500 y 1300 metros, zonas de media y baja montaña e incluso a nivel del mar.

Está distribuido por todo el hemisferio norte. Es muy común en la zona de pinares de la provincia de Soria (dónde es realmente abundante y apreciado), Burgos, en la Serranía de Cuenca, en los Montes Universales y en Albarracín.

Su temporada alta es desde finales de verano hasta bien entrado el otoño. Podemos encontrarlo en suelos ácidos, bajo robles, hayas, pinos, abetos, castaños, y también entre brezos, helechos y jaras.

Suele aparecer en grupos pequeños más o menos dispersos, no soporta heladas severas y aparece entre 12 y 16 días después de las lluvias.

¿CÓMO RECOLECTAR?

Al ser un hongo, puede recolectarse a mano o con navaja, todo depende de la especie que sea. Si decidimos recolectar a mano, debemos sujetar la seta por el tallo y girarlo 360º, evitando sacarla a tirón para no dañar el micelio. Si usamos navaja, cortaremos la base del pie de forma horizontal y evitaremos penetrar con la punta en el suelo, preservando así la integridad del micelio.

Debemos colocar la seta con el himenio boca abajo sobre una cesta de mimbre. Al caminar ayudamos a las setas a esparcir sus esporas, facilitando la perpetuación de la especie. Debemos evitar el uso de bolsas de plástico, ya que son perjudiciales.

¿CÓMO LIMPIAR Y CONSERVAR?

Para su limpieza debemos seguir los siguientes pasos:
Comprobar que el boletus está sano (no tenga gusanos en el exterior de su carne o que el sombrero no esté dañado).
Limpiamos el sombrero con un paño y el tronco con un cepillo (sin apretar demasiado).
Por último, pelamos el pie del tronco con un cuchillo afilado.
Si hemos cogido gran cantidad, podemos llenar botes de agua, sal y añadir boletus pequeños o medianos, hervirlos al baño maría (tapados) y a fuego lento durante una hora. Los dejamos boca abajo hasta que se enfríen por completo y dejamos el bote en la despensa.
Podemos conservar los boletus en vinagre aromatizado con hierbas. Otra opción es la deshidratación o congelarlos, en este caso, es mejor que estén troceados.

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